Hogar protegido para personas mayores: cuidado, asistencia y tranquilidad
¿Es mejor elegir un centro de acogida para personas mayores o una residencia de ancianos? A la hora de plantearse un alojamiento de larga duración para personas mayores que necesitan cuidados y asistencia personal, conviene evaluar cada tipo de solución para encontrar la que mejor satisfaga las necesidades del futuro huésped.
¿Qué es una casa segura?
La definición de residencia tutelada para personas mayores no difiere mucho de la de residencia de ancianos, ni de la llamada residencia hotelera para personas mayores, pero sí existen algunas diferencias importantes.
Un hogar tutelado para personas mayores es generalmente una instalación de tipo hotel que acoge a un número limitado de pacientes, generalmente alojados en habitaciones individuales con baño privado.
El personal de una residencia tutelada puede garantizar diferentes tipos de servicios , incluida la administración de medicamentos, el movimiento de los pacientes y, por supuesto, el suministro de una dieta adaptada a las necesidades de cada paciente, así como, eventualmente, la posibilidad de realizar un programa de rehabilitación en el interior de la estructura.
Generalmente se organizan con cierta frecuencia actividades recreativas y culturales, alojadas en las áreas comunes de la estructura.
¿A quién está destinada una vivienda protegida?
Una residencia para personas mayores está organizada de forma que garantice una asistencia adecuada a los huéspedes no autosuficientes, que por tanto necesitan ser atendidos con atención y coherencia tanto desde el punto de vista socio-social como sanitario. punto de vista de la rehabilitación: también se denominan RSA, es decir, Residencias Sanitarias. Precisamente porque requiere mucho personal, un refugio acoge a un número limitado de pacientes, muy inferior al de huéspedes de una residencia de ancianos común.
Diferencia entre residencia tutelada y residencia de ancianos
La diferencia entre una residencia tutelada y una residencia de ancianos reside precisamente en el nivel de autosuficiencia de los huéspedes: en las residencias de ancianos aquellas personas mayores que todavía son parcial o totalmente autosuficientes y que en su mayoría necesitan pasar tiempo con sus compañeros para entablar relaciones. establecer residencia social satisfactoria. Un poco como lo que ocurre con los centros de día para personas mayores, pero con algunas diferencias.
Por este motivo, las residencias de ancianos a veces se denominan residencias hoteleras o casas de vacaciones para personas mayores y no son precisamente adecuadas para personas mayores que padecen patologías más discapacitantes como el Alzheimer, para las que existen estructuras específicas.
La legislación para viviendas tuteladas
Las residencias protegidas para personas mayores deben cumplir una serie de normas contenidas en una legislación específica. Para empezar, se requiere que dos trabajadores de atención primaria estén presentes en el centro por cada siete pacientes. También se espera la presencia de un médico cada 30 y un terapeuta cada 60 invitados.
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