Secadora con bomba de calor: cómo funciona y por qué elegirla
Tras la fase de lavado, una fase en la que podemos ahorrar tiempo es la del secado. Las mejores secadoras para el hogar son hoy un mercado que está marcando una señal positiva en ventas: el 92% de los productos son secadoras con bomba de calor. El resto se compone de productos con resistencia eléctrica, que sin embargo hoy en día está algo obsoleta.
Existe una diferencia de consumo y precio entre ambas tecnologías. El secador de resistencia eléctrica (también llamado erróneamente “condensación” ) es un sistema mucho más básico que el otro. Básicamente tiene una resistencia que genera calor y un ventilador que genera aire caliente.
La secadora con bomba de calor tiene precios significativamente más elevados en comparación con una tecnología más compleja, pero capaz de garantizar un mejor rendimiento y un mayor ahorro en la factura. El coste oscila entre los 400 y 650 euros para marcas reconocidas y conocidas, llegando a los 750-800 euros para una secadora con bomba de calor A+++. Las marcas menos populares también pueden partir de 280 euros, aunque en este caso probablemente tendrás una clase energética baja, una B como máximo.
¿Cómo funciona una secadora con bomba de calor?
La secadora con bomba de calor, como se mencionó, cuenta con tecnología avanzada que garantiza un alto rendimiento. El funcionamiento es similar al del aire acondicionado de un coche, es decir, su concepto básico es el intercambio de calor entre dos ambientes. La bomba de calor está situada debajo del tambor y tiene la función de eliminar el agua. En su interior se encuentra un refrigerante líquido, que contiene un gas absorbente de calor, un compresor y un intercambiador de calor.
Básicamente la máquina, con un serpentín, calienta los tejidos con aire caliente y, con la bomba, lleva el calor al exterior del tambor con la ropa, donde la temperatura es alta y hay mucha humedad.
Este último sale pasando por un filtro que retiene las fibras y pelusas que provienen de la ropa. El aire húmedo y el vapor se transforman en estado líquido que termina en un tanque de recolección (sistema de condensación), que debe ser vaciado manualmente, o en el desagüe de la pared (sistema de evacuación). En una secadora con bomba de calor no necesitas un escape como una lavadora, aunque algunos modelos lo tienen.
Luego recupera el calor y calienta la ropa, etc.: se crea un circuito capaz de un secado rápido y eficaz. Durante todo ello, el cesto sigue moviéndose para facilitar la extracción de humedad y airear el contenido.
Secadora con bomba de calor: ¿merece la pena?
Adoptar una secadora en casa es una maravillosa idea para hacernos la vida más sencilla y, a diferencia de lo que se podría pensar, puede que no resulte tan caro. Para ahorrar dinero, conviene elegir primero un producto de calidad, con una clase energética alta y tomar algunas pequeñas precauciones. Como hemos visto al hablar de lo que influye en el consumo de las secadoras, la de bomba de calor es conveniente porque consume mucho menos que un modelo similar con sistema de resistencia, aunque ciertamente requiere un mayor mantenimiento. Sin embargo, una vez que adquiera el hábito, cuidar su electrodoméstico será sencillo.
Para tener siempre una máquina en buen funcionamiento es necesario limpiar los filtros, si es posible, después de cada uso. Además, si no tiene desagüe, debes acordarte de vaciar la bandeja del agua extraída de la ropa. Para obtener el máximo rendimiento en los modelos de secadora con bomba de calor, también se indica el rango de temperatura en el que debe trabajar el aparato. Evidentemente hay que respetar las indicaciones de carga.
Dadas las prestaciones del electrodoméstico y la comodidad de no tener que tender y recoger la ropa, la secadora es sin duda un producto para tener en casa. Muchos modelos hoy en día también cuentan con la función antiarrugas que te permite ni siquiera tener que pensar en planchar la ropa: una gran ventaja.
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